
Si la marcha atrás es el menos efectivo de los métodos anticonceptivos, parece ser la vía más aceptada para salir del atolladero de la propia estupidez.
Un alumno sorprendido copiando en un examen, puede terminar la prueba con total tranquilidad [*1]. De este modo se premia la estulticia y se asegura la inutilidad profesional del futuro de un país. El claustro de la Universidad se revela contra la...