Siempre he pensado que el nuestro es un país de papanatas.
La desmedida gana de los españoles de aparecer
como los más listos/osados/dispuestos
ha ascendido, a lo largo de la historia, hasta las más estúpidas cotas.
Si alguien dice que es de los más ricos del planeta, hay un español que lo es . . .
Si se trata de política interior, o de deportes, seguro que cada español tiene la verdadera solución para el tema.
Y si se trata de costumbres importadas . . . cuando lo mas "in" era lo francés acá se afracesaba lo más granado de la intelectualidad.
Ante la moda Londinense de los 60 no eran pocos los españoles que, residiendo allá creyeron que los que estábamos acá éramos los más atrasados.
Y ¿qué me dicen de las fiestas?
Si lo que siempre se nos ocurrió en este país de católicos para el 24 de Diciembre era el Belén con su caganer y todo, al filo del siglo XXI comenazaron a verse más los centros en rojo con la figura del gordote Santa Claus (¡vaya ataque de pironcha se llevaron los Reyes Magos!)
Que si el Día de Difuntos con su Tenorio y todo: pues golpe de magia y
¡Ahora es Halloween!
Para colmo, a día de la fecha todos los noticiarios de la Tv se hacen desde los EE.UU.
¡¡¡Hay que enterarse de primera mano!!!
Seguro que la mayoría de los que tan bien informados están sobre el sistema electoral,
y la actual campaña, yanquis
no conocel el español;
apostaría algo a que preguntados por el sistema d'Hont
más de cuatro responderían que se trata de un nuevo desodorante.
¡¡¡¡¡¡Les doy cinco añitos para que comencemos
a celebrar la cena de Acción de Gracias, no más!!!!!!
Pues eso, paradigma del papanatismo cultural español, digo yo.