Olga Manzano, Manuel Picón, Pablo Neruda. Fulgor Y Muerte De Joaquin Murieta, 1974
Poemas de Pablo Neruda,
musicados por Manuel Picón.
Portada Cd
Intérpretes:
Olga Manzano, Manuel Picón, Indio Juan, Víctor Velázquez y Trío Alpataco (David Kullock, Ricardo Steinberg y Lidia Tolaba).
Listado de Temas:
01 - Nacimiento De Murieta - 08:06 min.
02 - La Llama Del Oro - 03:18 min.
03 - Diálogo Con Teresa - 05:23 min.
04 - Murieta En California - 02:57 min.
05 - Muerte De Teresa - 04:20 min.
06 - Venganza - 03:37 min.
07 - Galopa Murieta - 04:10 min.
08 - Muerte De Murieta - 04:18 min.
8 Temas. Tiempo Total 00:36:08
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Esta es la larga historia de un hombre encendido, natural, valeroso.
Su memoria es un hacha de guerra.
Es tiempo de abrir el reposo, el sepulcro del claro bandido y romper el olvido oxidado que ahora lo entierra.
La sangre caía.
Le puso en las manos un rayo violento.
Tal vez aquel hombre no halló su camino, perdido en el viento.
Honorable bandido, Joaquín Murieta.
Venganza de hierro, de llama y piedra.
Aquí, entre perales y tejas y lluvia, brillaban las uvas chilenas y,
como una copa de plata que llena la noche sombría de pálido vino,
la luna de chile crecía entre boldos, maitenes, albahaca y rocío.
Entonces nacía, a la luz del planeta, un infante moreno.
Y, en la sombra serena, ese rayo que nace se llama murieta.
Es un niño chileno color de aceituna.
Y sus ojos ignoran el llanto.
Creciendo a la sombra de sauces flexibles, nadaba en los ríos, ardía en el brío.
Educaba los brazos, el alma, los ojos y se oían cantar las espuelas
Cuando, desde el fondo del otoño rojo, bajaba al galope de su yegua de estaño.
Venía de la cordillera de piedras y rutas, de cerros huraños, de viento inhumano.
Traía en las manos el golpe aledaño del río que hostiga y vivir en la nieve.
Y no traspasaba ese libre albedrío la virtud salvaje que toca la frente.
Y sella con ira, limpieza y orgullo las graves cabezas de los indomables.
Que guarda el destino en actas de fuego de fuego y pureza.
Así, el elegido, no sabe que debe morir en la empresa.
Matar y morir, morir en la empresa.
Joaquin The Mountain Robber (hacia 1848).
Joaquín Murrieta (Murieta) (1829-1853)
https://es.wikipedia.org/wiki/Joaquín_Murrieta
Visión de un Thomas Amstrong de Joaquín Murrieta (Murieta), publicado en Sacramento Union Steamer (22 de abril de 1853)
Artista desconocido. El original se encuentra en el Centro de Historia de California, Biblioteca Estatal de California, en Sacramento, California.
De Thomas Armstrong
http://www.learner.org/amerpass/slideshow/archive_search.php?number=1190&fullsize=1,
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1235445
Olga Manzano Y Manuel Picón
Olga Manzano, cantante nacida en Argentina y Manuel Picón, cantante nacido en Uruguay, formaron pareja y posteriormente comenzaron a trabajar musicalmente juntos.
En enero de 1974 se instalan en España.
Su primer trabajo en España fue adaptar y musicalizar “Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta”, escrita por Pablo Neruda.
En 1977, publicaron “Aguardiente” y “Papá Bolero”. Y en los años siguientes “Guarda el nombre de este amor” (1978) y “Los versos del capitán” (1979, uno de sus mejores discos.
Comentarios
Los cantautores Olga Manzano y Manuel Picón adaptaron la obra de Neruda Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta, que fue musicalizada, titulándose Cantata Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta. Manzano y Picón, junto al Trío Alpataco y al solista Víctor Velásquez, interpretan esta emotiva cantata que fue muy famosa en los años 70, y es ya un clásico de la música sudamericana.
Mi homenaje a Pablo Neruda. (1)
Por Olga Manzano
https://www.lainsignia.org/2004/agosto/cul_008.htm
La Insignia.
Diario independiente iberoamericano. (Jornal independente iberoamericano)
Madrid (España). ISSN 1695-2391
Fue ayer cuando Fulgor Y Muerte De Joaquín Murrieta salía a la luz, como nuestro primer disco en España, de la mano de este gran hombre que tanto tengo que agradecer, nuestro productor Gonzalo García Pelayo. Después vinieron varios más, siempre con la producción de Gonzalo Producciones.
Murrieta fue un poema adaptado y musicalizado por Manuel Picón, mi marido y compañero de tantos caminos. El 16 de septiembre se cumplen 10 años de su ausencia.
Las voces las pusimos junto a un puñado de amigos músicos: Indio Juan, Víctor Velázquez, Ricardo Steinberg, y tantos otros. La palabra de Pablo Neruda era el arma que traíamos junto a nuestra rebeldía y nuestro dolor.
Olga Manzano
Mi homenaje a Pablo Neruda. (2)
por Olga Manzano
https://www.lainsignia.org/2004/agosto/cul_008.htm
La Insignia. España, 4 de Agosto de 2004
En Chile, Pinochet se jactaba de sus trofeos, las manos de Victor Jara (y la vida) de tantos intelectuales y artistas, y de tantos seres humanos. La masacre se instalaba junto al miedo en el trono de la barbarie: Videla en Argentina. Los militares de Sudamérica tomaban cuerpo junto al Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger, el instigador más criminal de la famosa Operación Cóndor, que consistía en hacer desaparecer todo vestigio de dignidad humana, libertades, ideas. Todo aquello fue lo que fue con el beneplácito de Estados Unidos, que sigue su locura planetaria.
Aquí llegábamos Manuel y yo, y nuestro pequeño hijo, del brazo de Pablo Neruda, el 17 de enero de 1974. En diciembre de ese mismo año, los escenarios de toda España recibían con ovaciones y mecheros prendidos nuestra cantata. La prensa, las radios, la televisión, los críticos, nos halagaron. El público se volcó con la poesía de Neruda y nuestras voces. ¡Todos queríamos gritar juntos! Y aún vivía Franco, y aún le quedaron fuerzas para firmar los últimos fusilamientos de Burgos.
Esa noche cantamos el Fulgor Y Muerte con un nudo en la garganta de impotencia y dolor. Esa noche Neruda levantó su voz con nosotros.
Luego nacería otro disco, Los Versos Del Capitán. Y nuestras voces gritaron al amor, a la única verdad que mueve al hombre. Su risa fue el bálsamo de tantas injusticias y Pablo Neruda volvió a entrar en los corazones de todos.
Fueron años de canto y de lucha y de crearmos un espacio, un lugar.
Mi hija nació con Fulgor Y Muerte, y mi hijo menor con Los Versos Del Capitán. Manuel me dejó su música y Pablo Neruda su poesía, para seguir cantando. Y sigo cantando. Fuimos los Nerudianos De La Transición.
El último recital que dimos, como dúo y como pareja, fue el 15 de septiembre de 1994 en el teatro Príncipe, con Los Versos Del Capitán.
Me quedan en el corazón las últimas palabras de Manuel, la voz de Manuel con la unión de la palabra de Pablo Neruda:
«Adiós amor, me voy a mis combates, no pienses más en el tormento que pasó entre nosotros, como un rayo dejándonos tal vez su quemadura. La paz llegó también y como tengo el corazón completo, con la parte de sangre que me diste para siempre, mírame por el mar que voy radiante, mírame por la noche que navego. Que mar y noche, amor, son tus ojos».
Apéndice,
La Insignia. 31 de Marzo de 2009 – Año X
Hasta siempre
«Han sido diez años y once días, los que van desde aquel 20 de marzo que vio el primer número de La Insignia hasta este 31, que coincide con la caída de la II República española por algo más
que una casualidad».
Por Jesús Gómez Gutiérrez.
España, 1936-1939. Los últimos días de la República
https://www.lainsignia.org/2009/marzo/dial_002.htm
«El día 28 de marzo, Casado dio orden de comunicar al enemigo la rendición del Ejército del Centro y salió en avión hacia Valencia. Al mediodía, las tropas enemigas, que durante tantos meses se tuvieron que contentar con ver la capital de lejos, entraron por fin en Madrid».
Por Manuel Tagüeña Lacorte.
El ser de cada uno
https://www.lainsignia.org/2009/marzo/dial_003.htm
«En las cabezas inmóviles las miradas destellan,
y al soslayo, de reojo, buscan la mía, y durante el segundo
en que se cruzan, cada mirada me trae el mensaje de un hombre. De un hombre, con su vida trabajosa a cuestas».
Por Manuel Azaña. Madrid, noviembre de 1937.
La Insignia
https://www.lainsignia.org/2000/diciembre/red_001.htm
«Ha hablado el peluquero,
el mozo de café
y el limpiabotas.
Y han hablado los eternos demagogos también.
Han hablado todos.
Creo que han hablado todos.
¿Falta alguno?
¿Hay algún español que no haya pronunciado su palabra?
¿Nadie responde?... (Silencio). Entonces falto yo sólo».
Por León Felipe. Razones para un símbolo
Refugio nocturno
https://www.lainsignia.org/2000/julio/cul_024.htm
«No es ésa la forma de acortar la era de la explotación.
Pero algunos hombres tienen cama por una noche
se les abriga del viento durante toda una noche
y la nieve a ellos destinada cae en la calle».
Por Bertolt Brecht.
El oyente de la clase de retórica, por Antonio Machado
https://www.lainsignia.org/2003/febrero/cul_084.htm
La Insignia
Olga Manzano y Manuel Picón: Fulgor y muerte de Joaquín Murieta (1974)
Perrerac.Org
https://perrerac.org/argentina/olga-manzano-y-manuel-picn-fulgor-y-muerte-de-joaqun-murieta-1974/1764/
Texto dramático escrito por Pablo Neruda, inspirado en la figura mítica de Joaquín Murieta, chileno emigrado a California a mediados del siglo XIX, luego devenido en “bandido”, que con el correr del tiempo se transformó en un símbolo de lucha y resistencia. En 1974, el uruguayo Manuel Picón tomó el trabajo de Neruda y lo convirtió en esta cantata, que se presentó por primera vez en el colegio mayor San Juan Evangelista de Madrid. Como disco, fue editado ese mismo año por Movieplay – Serie Gong, con el número S-32.620. Participaron en la grabación: Olga Manzano, Manuel Picón, Víctor Velázquez y el Trío Alpataco (David Kullock, Ricardo Steinberg y Lidia Tolaba).
Dice en el interior de la edición desplegable del LP:
Realidad y leyenda se configuran en la persona de este bandido chileno. Unos lo dan como mexicano. Algunos le otorgan poderes casi sobrenaturales. Lo cierto es que Joaquín Murieta, emigrado chileno en California, existió en la realidad y murió el 23 de julio de 1853. También se sabe que fue bandido, y que, cierta o falsa, su figura reivindicativa ha recorrido el mundo como señal de rebeldía y de rebelión a la injusticia.
Atraídos por la fiebre del oro que domina California, y en general todos los nuevos Estados de la Unión, estas tierras fueron durante todo el siglo XIX, y especialmente en sus años centrales, un hervidero de emigrantes. Atraídos unos por el dinero fácil y otros, la mayoría, por la posibilidad de un puesto de trabajo que su propio país les negaba. Aunque Pablo Neruda haga alusión en su obra teatral sobre el justiciero bandido chileno al Ku Ku Klan como agente del racismo causante de su asesinato, no cabe duda de que comete un ligero error histórico, puesto que el Klan no existió hasta 1865, doce años después de la muerte de su protagonista. Podemos encontrar, no obstante, las causas del racismo, en la aún reciente guerra de 1846-48, donde Estados Unidos arrebatara a la fuerza toda la alta California al Estado de México. Ello generaría en los ocupantes yankees un exterminio sistemático de los originales mexicanos, exterminio y odio que se extendió sin duda a cualquier otro extranjero, especialmente si era de piel cobriza y habla hispana.
Fulgor Y Muerte De Joaquín Murieta, Obra Teatral
Pablo Neruda (1904-1973), sabía que la leyenda (el folklore, por llamarlo de otra manera) es la manera popular de escribir la historia y sabía, también, que la historia se repite y tenemos que aprender de ella. Tal vez con esta idea se puso a escribir una obra teatral: «Fulgor y muerte de Joaquín Murieta», cuya primera edición es de 1966, y que en su versión escénica contó con canciones musicadas por Sergio Ortega, canciones que luego fueron grabadas por gente como Inti-Illimani, Víctor Jara, Quilapayún. También sobre el mismo tema del bandido justiciero, y con casi prácticamente los mismos versos, escribió un largo poema escénico.
Fulgor Y Muerte De Joaquín Murieta, Para Canto Y Recitado
Aunque ya en el folklore sudamericano y en el argentino en particular se habían utilizado los ritmos folklóricos para extenderse en forma de relato sobre un argumento cualquiera (recordemos a este respecto «Las coplas del Payador perseguido», de Yupanki), o se habían compuesto canciones con una intención común, y como parte de un conjunto más amplio (caso de «Mujeres argentinas» o «Cantata sudamericana», de Ariel Ramírez y Félix Luna), la cantata, como forma narrativa de canto y recitado, con base en el folklore popular, había sido utilizada por primera vez por el músico Luis Advis y el conjunto Quilapayún en su «Cantata de Santa María de Iquique», y luego en otras obras («Canto para una semilla», «La fragua», «Canto al programa, «Vivir como el Van Troi», etc.), pero siempre dentro del marco geográfico de Chile y de las coordenadas de la Nueva Canción Chilena.
Este «Fulgor y muerte de Joaquín Murieta», sobre texto de Pablo Neruda para canto y recitado, supone una total novedad en el campo de la música sudamericana de origen no chileno, y, sobre todo, en el marco de la música española, en donde nunca se había compuesto, grabado y editado nada de parecidas características.
Manuel Picón adaptó el texto original de Neruda, encuadrándolo en los límites de duración que ahora conserva, también le puso música, y junto a sus compañeros (Olga Manzano, Lidia Tolaba, David Kullock, Ricardo Steimberg y Víctor Velázquez) pusieron en pie esta cantata que ahora es disco.
La interpretación de esta obra es el fruto de la unión de tres elementos distintos del canto sudamericano. Por una parte, un dúo: Manuel Picón y Olga Manzano que, cuando no hacen la cantata, llevan adelante un rico muestrario de ritmos y formas de Uruguay y Argentina. Luego un trío Alpataco, que forman David, Ricardo y Lidia. A ellos se debe, sin duda, la riqueza instrumental de la cantata, una riqueza que es el desafío a la música popular de todo el mundo: Es la quena, los sikus, el moseño, el erke, las mil formas de percusión, un desafío de sonoridad que ya estaba en América antes de la llegada de los españoles y que ha sabido no solo mantenerse, sino mostrarse más nuevo cada día. Es la historia de una cultura que tampoco cuentan los libros de texto. Y un solista: Víctor Velázquez, la voz de un cantor de larga experiencia que al día siguiente de acabar la grabación volvía a Argentina y era sustituido en esa continuidad diaria de este disco que es su representación en los escenarios, por el Indio Juan.
Muchas cosas habría que destacar de esta cantata. Pero esto es todavía la portada, y es oyendo el resto como debemos darnos cuenta de ello. Sin embargo, no conviene poner el punto final sin insistir en que esta hermosa historia de bandido, de injusticias y de venganza, esta lección de historia popular, es también un canto de diaria solidaridad, de hermoso recordatorio de perenne actualidad. No conviene olvidarlo si queremos que mañana sigamos estando al día
Antonio Gómez
Joaquin Murieta
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