Mercedes Sosa. Cantata Sudamericana 1972
Créditos
Charango – Kelo Palacios
Contrabajo – Oscar Além
Cuatro, Guitarra – Santiago Bertiz
Armonía vocal – Los Arroyeños
Órgano – George Kenny
Percusión – Domingo Cura, Enrique Roizner, León Jacobson
Piano, Clavecín – Ariel Ramírez
Quena – Raúl Mercado
Requinto – Gustavo Fernández
Voz solista – Mercedes Sosa
Direción – Ariel Ramírez
Fotografía – Jorge Hipñener
Todas las composiciones escritas por
Ariel Ramírez y Félix Luna
Listado:
Cara A
01 - Es Sudamérica Mi Voz - 06:12 min.
02 - Canta Tu Canción - 04:15 min.
03 - Antiguo Dueño de Las Flechas - 05:53 min.
04 - Pampas del Sur - 04:28 min.
Cara A
05 - Acércate Cholito - 03:29 min.
06 - Oración Al Sol - 05:23 min.
07 - Sudamericano en Nueva York - 04:51 min.
08 - Alcen la Bandera - 05:38 min.
8 Temas - Tiempo Total: 00:40:09
flac @ 860 - 223,56 MB
RipPor: Napi#09
Mercedes Sosa – Cantata Sudamericana
Sello Philips – 6347 080
Formato Vinilo, LP, Album, Gatefold sleeve
Publicado Europa 1972
Género Latin, Folk, World, & Country. Estilo Folk
Notas de contraporatda
Cantata Sudamericana es la última obra de Ariel Ramírez y Félix Luna. "Misa Criolla", "Navidad Nuestra" 1964, "Los Caudillos" 1965 y "Mujeres Argentinas" de 1969, son parte de sus últimas composiciones. Cantata Sudamericana retoma todos los ritmos, tonadas y temas de las diferentes regiones de América del Sur.
Si bien la Cantata Sudamericana está compuesta por piezas muy diferentes, todas tienen el mismo objetivo: acentuar y dar a conocer las características estéticas, étnicas y espirituales de América del Sur (siendo éstas la esencia misma del patrimonio del continente) señalar la autenticidad de América del Sur para que su pacífica emancipación venga desde el sentido profundo de su propio destino, es el mensaje que se expresa en el último canto donde la cálida voz de Mercedes Sosa repite enfáticamente “Icen la bandera y logremos la libertad nuestra, libertad hoy, levantar la bandera y lograr nuestra libertad ahora. ¡Libertad hoy, libertad ahora!”
La bandera a izar es la propia América del Sur: su pasado indio y español, su presente cargado de frustraciones pero rico en promesas, su futuro de abundancia, libertad y justicia. Cantata Sudamericana fue compuesta, escrita e interpretada para que los pueblos de América del Sur pueden vislumbrar el futuro con perfecto conocimiento de su lucha y de su apego indisoluble a lo que les pertenece: es el mensaje musical y poético que fraternalmente envía la Argentina a los hombres y mujeres de nuestro continente que muestra la misteriosa forma de corazón alargado del hemisferio sur.
La obra comienza con "Es Sudamérica mi Voz", una declaración dramática del futuro del continente, vagamente elaborada sobre la base de ritmos sudamericanos, aunque sin referencia a ninguna región en particular. En cuanto al acompañamiento de instrumentos verdaderamente típicos como el "cuatro" (guitarra de cuatro cuerdas) el "equinto" (pequeña guitarra), el "charango” (guitarrita hecha con el caparazón de un armadillo), maracas, guitarra y batería, Mercedes Sosa explora las regiones donde los sonidos evocan el oriente boliviano, los llanos de Venezuela o las incomparables tonadas paraguayas. Un canto de fidelidad, "La Gente Chica como Usted y Yo” parece estar pidiendo todos los voces anónimas del continente para cantar al unísono. Canta tu Canción es una bossa nova con sus ritmos clásicos realzados por instrumentos de percusión basados en un conjunto completo de tambores con acompañamiento rítmico al órgano. Es una declaración de confianza cantada por todos, un llamada tácita a cantar con toda el alma para no renunciar al privilegio más preciado del hombre: la libertad.
La siguiente pieza es quizás la que contiene mayor autenticidad rítmica y melódica, "Antiguos dueños de las Flechas" fue creado por Ariel Ramírez a partir de un estudio de la música toba en 1949, tema prácticamente desconocido para la mayoría de la gente. Para esta pieza se ha utilizado un conjunto de instrumentos de percusión completamente originales: el "pino pino" (tambor de madera), el "tambor de barro" (aluákataki), maracas, instrumentos fabricados con las garras de cerdos salvajes, y “Jícaras" un instrumento de percusión de América Latina, todos ellos manejados por especialistas. Sin embargo, Antiguo Dueño de Las Flechas no es un tema arqueológico, ni un lamento nostálgico: es un reconocimiento al regreso triunfal de la música típica en la cultura sudamericana.
"Pampas del Sur" que completa la primera cara del disco, se basa en ritmos pampeanos de diferentes estructuras, fácilmente identificables. En armonía con las demás composiciones de la "Cantata Sudamericana", esta oda a la grandeza de las Pampas del Sur abre el camino a una forma de vida más justa, al interior del continente.
Un típico vals peruano introduce la segunda cara de la Cantata Sudamericana. La melodía la toca un requinto y se acompaña de guitarras y órgano. Sobre esta música, la voz de Mercedes Sosa transporta al oyente de la magia de la Lima Colonial a su realidad presente, rigurosa y optimista. Su reentrenamiento rítmico y cautivador hace de "Acérate Cholito" una composición muy cercana a la forma sudamericana en su más pura impronta. La solemne "Oración al Sol", llena de esperanza, tiene la grandeza de una verdadera oración india. Félix Luna escribió la letra después de estudiar la poca literatura quichua sobreviviente y las creencias populares reales, como "Tincunaco" de la Rioja, que da una idea de la relación entre los pueblos antiguos de América y sus dioses. Quena (flauta india) y Charango reclaman su sabor típico a esta maravillosa melodía. Palabras sencillas y contundentes abogan no sólo por el maíz, el agua y la lana, sino también por la paz, la justicia y el respeto a los hombres y mujeres de estos países. Aparentemente ajeno al tema de la Cantata pero de hecho ligado muy de cerca a su intención más profunda, "Un sudamericano en Nueva York" expresa la nostalgia de todos aquellos que lo han dejado y sueñan con volver. Su tristeza transmite la angustia de quienes extrañan "la voz, el color y el olor" de su querido país en una tierra que les es ajena.
La Cantata Sudamericana finaliza triunfalmente con Izando la bandera que estuvo compuesta por formas musicales del Norte del Continente, en la región del Caribe. Los versos tradicionales enriquecen esta canción y Mercedes Sosa alcanza un alto nivel de expresión, la gran cantante tucumana dice “Ah, los buenos tiempos, yo pido justicia con la gente que quiero que les devuelvan la sonrisa".
Y cuando termina la canción, los corazones continúan vibrando como un desafío valiente y contagioso al Continente para comenzar una nueva vida.
Ariel Ramírez y Félix Luna
Ariel Ramírez fue un músico de extensa trayectoria, compositor y pianista, una de las figuras más destacadas del nativismo argentino. Difusor de la cultura tradicional a través de una amplia discografía y de sus actuaciones al frente de su compañía de folclore desde 1955 hasta 1980. Autor de numerosas canciones sumamente populares como la Misa Criolla, una de las obras más importantes de la música argentina.
Fue además electo como Presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música SADAIC en cinco períodos: 1970/74, 1974/77, 1993/97, 1997/2001 y 2001/2005.
Félix Luna fue un reconocido abogado, historiador, escritor, artista y político argentino, miembro de la Unión Cívica Radical y fundador y director de la revista Todo es Historia.
Junto a A. Ramírez compuso la poesía de diversas obras musicales, razón por la cual me inclino a dedicar una entrada compartida de ambos músicos. En los últimos tiempos, integró el Grupo Aurora, una reunión de intelectuales integrada por el ex vicepresidente Víctor Martínez, entre otros. Este grupo salió a confrontar con los intelectuales del grupo Carta Abierta, intelectuales de izquierda y peronistas que apoyan al kirchnerismo.
Ariel Ramírez
Nació en Santa Fe, Argentina, el 4 de septiembre de 1921. Estudió piano en su ciudad natal. Sus estudios de composición los realizaría muchos años más tarde en Buenos Aires con Luis Gianneo y Erwin Leuchter. Impulsado por A. Yupanqui, quien lo escuchó en Córdoba, emprendió hacia 1941 una larga temporada de viajes por varias provincias del centro y NW del país, para familiarizarse con la música regional. En ese lapso ofreció recitales de piano interpretando obras de música tradicional argentina y sudamericana en general, entre las que intercalaba sus primeras composiciones. En 1943 llegó a Buenos Aires donde brindó numerosos conciertos y tuvo contrato permanente en Radio El Mundo. En 1946 grabó para RCA Victor sus primeros discos, uno de los cuales incluía la zamba La tristecita, obra que le brindó gran popularidad.
En 1950 viajó a Europa, donde permaneció alrededor de 4 años con residencia permanente en Roma, pero efectuando numerosas giras como intérprete de música argentina en distintas salas de conciertos y teatros de Italia, Austria, Alemania, Holanda, Bélgica e Inglaterra. En España fue becado por el Instituto de Cultura Hispánica para efectuar estudios sobre la música española de transmisión oral. En 1954 se instaló en Lima, donde continuó su carrera de solista haciendo presentaciones en distintas ciudades de ese pais, así como también en otras de Bolivia, Chile y Uruguay.
En 1955 volvió a la Argentina, donde organizó la Compañía de Folklore Ariel Ramírez para llevar adelante un espectáculo coreográfico musical convocando a artistas de distintas regiones del país. A partir de su debut en el Teatro SODRE de Montevideo, gracias al estímulo de su director, el maestro Hugo Balzo, la compañía desarrolló su actividad durante más de 20 años por todo el territorio argentino. Entre los músicos más destacados que iniciaron o desarrollaron sus incipientes carreras actuando con el maestro A. Ramírez se puede mencionar a Jorge Cafrune, Jaime Torres, Raúl Barboza y Los Fronterizos. En 1957 el grupo, que en ese momento estaba integrado por 20 músicos y bailarines, realizó una gira de 5 meses por la antigua URSS, Polonia y la entonces Checoslovaquia. A su término, Ramírez continuó ofreciendo conciertos como solista de piano en Europa. Varias composiciones suyas se popularizaron en su país: Triste pampeano n°3, Agua y sol del Paraná, Los inundados, Volveré siempre a San Juan, Allá lejos y hace tiempo, El Paraná en una zamba, y fueron adquiriendo gran difusión en versiones de los más importantes intérpretes nativistas.
En la década de 1960 realizó innumerables giras por Argentina y comenzó a grabar para Philips una serie de LPs con sus obras, y piano solo o en colaboración con otros músicos, y también una colección que constituye una antología de la música de algunas regiones argentinas: pampeana, litoraleña o mesaopotámica, y de algunos géneros musicales como el vals criollo, la zamba y el tango. De todos sus LP como intérprete, el que adquirió mayor trascendencia fue Coronación del folklore, uno de los hitos fundamentales del nativismo, grabado en 1963 con Eduardo Falú y Los Fronterizos. Como compositor escribió, además de una larga lista de canciones, varios ciclos integrales, presentados todos ellos a través de ediciones discográficas que tuvieron una notable repercusión. El primero de estos discos es es que incluye la Misa Criolla y, también en carácter de estreno, los villancicos reunidos bajo el título Navidad nuestra con textos de F. Luna. En 1965 grabó con Ramón Navarro la cantata épica Los Caudillos escrita en colaboración con F. Luna. Un nuevo gran acontecimiento fue la aparición en 1969 del disco Mujeres argentinas, cantado por Mercedes Sosa y también con textos de F. Luna. Algunas de sus canciones, Alfonsina y el mar y Juana Azurduy, se cuentan entre las más logradas de su amplia producción. Otras obras ya sin F. Luna son Agua y sol del Paraná con Miguel Brascó en 1950, Los inundados con Guiche Aizenberg de 1960, Tríptico mocoví también con con G. Aizenberg en 1980, y La hermanita perdida con A. Yupanqui, aire de milonga dedicado a las islas Malvinas en 1980.
Cantata sudamericana en 1972 y Misa por la Paz y la Justicia en 1981 son sus últimas producciones de largo alcance. En estos años también compuso música para algunas películas argentinas. En otro terreno, con fines didácticos, escribió los 15 Estudios para piano sobre ritmos y formas de la tradición musical argentina y las Canciones provincianas, para voces iguales.
Continuó ininterrumpidamente sus giras y presentaciones tanto en su país como en el exterior, aunque con menor frecuencia que en décadas anteriores. El 5 de agosto de 1992 se realizó un concierto en su homenaje en el Teatro Colón de Buenos Aires bajo el título Ariel Ramírez, 50 años con la música nacional, en el que participaron algunos de los más importantes intérpretes de la música popular argentina, y en cuyo transcurso se ejecutaron exclusivamente obras suyas.
A. Ramírez falleció en Monte Grande, Argentina, el 18 de febrero de 2010, a la edad de 88 años.
Félix Luna "Falucho"
Nació en Buenos Aires el 30 de septiembre de 1925. Su abuelo fue el fundador de la Unión Cívica Radical de La Rioja y su tío Pelagio Luna, fue vicepresidente de la Nación acompañando a Hipólito Yrigoyen.
Se recibió de abogado en 1951 en la Universidad de Buenos Aires. Escribió numerosas obras de historia, ensayo, ficción, periodísticas y musicales. Entre 1956 y 1958 fue Director de la Obra Social del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Ha desempeñado cargos públicos y académicos de relevancia. Entre 1963 y 1976 ejerció la docencia como profesor de "Historia de las Instituciones" en la Facultad de Derecho de la UBA. Dictó "Historia Contemporánea" en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Belgrano (1967-1986) e "Historia Argentina" en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador (1977). Fue Secretario de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires entre 1986 y 1989.
En 1957 recibió su primer premio, otorgado por la Dirección de Cultura de la Nación, al mejor cuento costumbrista por La fusilación.
Ha recibido distinciones de los gobiernos de Francia, Perú y Brasil, recibió el Premio Konex en el rubro "Biografías históricas" de 1994. También fue ue nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires en 1996.
Como historiador ha escrito gran cantidad de libros clásicos como Yrigoyen, El 45, Los Caudillos, y Perón y su tiempo. También ha escrito también libros de ficción, como el premiado La fusilación.
F. Luna falleció en Buenos Aires el 5 de noviembre de 2009, a la edad de 84 años.
Cantata
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