
El amigo Morta aborrecía las tardes lluviosas. Su careto, cuarteado por mil y un soles, no soportaba la sensación pegajosa del agua correteando por entre el bigote y amplias patillas, que componían su "personaje público".Su arcaica, casi quijotesca figura, era bien conocida en el entorno de la Plaza Mayor de Madrid.Sombrero mexicano en ristre,atropellaba a todo guiri que se le ponía a tiro, cantando imposibles rancheras con acento forzadamente charro...