
SumarísimoSonaba el organillo cuando comenzaron a hablarse, a iniciativa de ella, después de soportar largo rato a Diego rondando a su grupo de amigas. Consuelo se acerca en diagonal desde la paraeta de roscas de Santa Clara, y le susurra un "¿Quieres uno? ¡Mirar, sí que me miras! Pero ¿sabes bailar?" tan bajito, que Diego tuvo que agacharse ante el zumbido de los tejos al pasar. Se impuso el imperativo biológico cuando apenas comenzaban a...