Lone Star ¬ Síguenos, 1976
Intérpretes:
Bajo y Coros – Sebastián Sospedra
Batería, Percusión y Coros – Luis Masdeu
Guitara Solista y Vibráfono – Juan Miró
Voz solista y Piano – Pedro Gené
Listado
01 - El Rock De La Cárcel - 04:08 min.
Composición de Leiber, Stoller
02 - Ol´ Man River - 09:11 min.
Composición de Hammerstein, Kern
03 - L´amor S´en Va - 06:07 min.
Composición de Pedro Gené
04 - La Oveja Negra - 05:13 min.
Composición de Sospedra, Masdeu, Miró, Gené
05 - Mi Nueva Gente - 04:18 min.
Composición de Sospedra, Masdeu, Miró, Gené
06 - Alas En El Cuerpo - 05:35 min.
Composición de Sospedra, Masdeu, Miró, Gené
6 Temas. Tiempo Total 00:34:32
flac ¬ 817 ¬ 208,14 MB
RipPor ¬ Napi#02
Reseñas
Sello: Diplo DRL 6000-Phonic, S.A.-Iberofon, S.A.
Formato: Vinilo, LP, Album, Gatefold
Editado en España en 1976
Género: Rock. Estilo: Prog Rock, Hard Rock
Lone Star Ahora
Pedró Gené, 1975
Tener una idea, componer una música, crea algo. Es el principio.
Y hay veces en que todo se convierte en un trabajo, técnica y musicalmente perfecto pero sin alma, sin sentimiento, sin calor humano.
Por eso he llegado a la conclusión de que en un grupo es necesario que todos crean en lo que están haciendo y aporten todo lo que puedan y sientan. Uno debe dejar el interés personal a un lado y trabajar pensando en el resultado final de la obra.
Creo que estamos en camino de conseguirlo.
Por otra parte, Lone Star ahora, está en los umbrales de "un viejo sueño": lograr un sonido compacto, un bloque de sonido con fuerza y garra no exento de sensualidad. Música directa y sencilla. Pienso que lo que importa no es lo que un hombre sabe de música, ni lo que pueda hacer con un instrumento, si no lo que es capaz de expresar a través de él.
Alex, Luis, Ricardo y Pedro son ya un sólido bloque que dominan más el volumen del sonido y que llega a la gente de una forma más precisa y coherente.
Conclusiones, sueños, sonidos y música en definitiva, que habrá que ir siguiendo día a día.
Sólo estamos empezando . . .
Pedró Gené, 1975
Encuentros. Lone Star
Pedro Gené desvela los entresijos de unos clasicos reeditados
https://www.ruta66.es/2018/03/encuentros/lone-star/
Entrevista a Pedro Gené por Sergio Martos. 21 marzo, 2018
(1 de 2)
Más que una excusa era una celebración. Los discos de Lone Star, en su etapa independiente, vuelven a estar en circulación. Sí, ediciones lujosas en vinilo de 180 gramos con reproducciones de las carpetas originales.
Pedro Gené Vayamos por partes; de momento ha aparecido ¡¡Síguenos!! (originalmente publicado en 1975) el rompedor directo Adelante Rock En Vivo (original del 73) y un par de golosinas muy curiosas: un directo de la banda reformada en 1998 y otro directo, en estudio, del 74, con la fabulosa alineación de Pere Gené, Sebastià Sospedra, Joan Miró y Tapi. ¿Qué obras serán revisadas en el futuro cercano? «Poc a poc», como suele decir Jordi Gené, hijo de Pere y encargado de facturar estas bonitas reediciones. Con su padre nos reunimos para celebrarlo. Y de paso hicimos un repaso a la banda de su vida y la tuya también, querido lector.
Quisiera empezar hablando de estos preciosos vinilos que aparecen ahora: por fin se hace justicia a la mejor etapa de la banda. No era lógico que solo se pudiese acceder a esos discos pagando una fortuna. Debe haber ahí un público joven deseando llegar a este material sin tener que hipotecar su vida.
Pedro Gené Pues un montón de cosas fueron las que llevaron a que Jordi, mi hijo, me hiciera la pregunta: «¿Y si hacemos algo con esto?». Le dije que hiciese lo que quisiera con ello. Parece que hay un nuevo interés por el vinilo, así que remasterizamos los discos y los mandamos a Checoslovaquia, a la misma fábrica donde hicimos lo del directo del Teatro Infanta Beatriz (aparecido en 2010, que recoge un concierto de la banda en Madrid en 1968). «A saber dónde te metes», le dije.
Sin entrar en el nuevo material, ¿no quedaste contento con lo del directo de Madrid?
Pedro Gené Yo tenía esa cinta en un cajón, nos la habían pasado los de Radio nacional. Yo no lo hubiese editado, pero él pensaba que era algo histórico. No existía mesa de mezclas ni nada parecido, así que el que lo grabó lo debió pillar del bafle o de lo que hubiese ese día para la megafonía.
Hummm… tiene un sonido muy bueno para ser de un bafle.
Pedro Gené Quizás al ser radio nacional ellos tenían una conexión diferente, porque ojo, ahí estaba Radio 3 y eso es un capítulo aparte. Siempre que andábamos por Madrid grabábamos algo con ellos. Aprovechábamos que el grupo llevaba dos semanas rodando por la península para ir y plasmar cuando estábamos a tope. Volviendo a los nuevos vinilos, Jordi es quien se hace cargo de esto: va a ferias, vende por correo, a través de las redes sociales… Mientras saque para cubrir gastos ya me reconforta.
¿Qué hace Pere en un día normal?
Pedro Gené Me mantengo en mi retiro. Lone Star fue casi más popular en España que en Catalunya, hasta el punto en el que aquí nos llamaban el grupo de rock estatal. Así que nadie me para por la calle. (Risas)
¿No echas en falta la música, la dinámica de una banda?
Pedro Gené Mira, toda mi vida la he centrado en la música; pasé de todo lo demás. Cosa que está mal hecha. Supongo que debí cuidar un poco el negocio, prepararme para cosas en torno a ello, pero la música era lo único y lo más importante. A veces nos daban premios y yo no me presentaba, porque no lo creía relevante. Lo único que me importaba era poder escribir una nueva canción o mejorar mis aptitudes.
El hecho de no recoger un galardón, hoy día podría verse como un acto de prepotencia. Sin embargo, Frank Zappa compartiría tu postura. Un músico no tiene tiempo de estupideces.
Pedro Gené Visto desde la distancia quizás fui un poco drástico, pero es que para mí no existía ninguna otra cosa. Te pondré un ejemplo: si quedábamos para un ensayo y alguien me decía «No puedo, porque tengo que acompañar a mi mujer al médico», lo primero que respondía era «Pero de qué me está hablando, ¿vas a faltar a un ensayo porque tienes que ir al médico con tu esposa? Esto es sagrado, no hay excusas». Viví todos esos años con esa intensidad. Por la noche dormía pronto y me levantaba temprano, sobre las seis de la mañana, para sentarme al piano y continuar con algo que había empezado a escribir el día anterior. Esa fue mi vida durante treinta o treinta y cinco años.
Quiero centrarme en las reediciones nuevas, que cubrirán la etapa 72-82, que es la trayectoria de Lone Star cuando abandona EMI. En mi opinión, la más interesante, transgresora, gloriosa (en los artístico) y la que os hizo ser la mejor banda de vuestro momento. Pero hay un tema, el último single antes de partir del mundo de las multinacionales, que da el pistoletazo a estos vigorosos y renovados Lone Star: «Gente joven». ¿Qué hicieron mal los de EMI para no convertir esa canción en un éxito? Era fresca, arriesgada, pero también pegadiza; un nugget de arriba a abajo.
Pues ese es el final de EMI, curiosamente. La relación con ellos era muy buena al principio, pero se fue deteriorando con los años, hasta el punto de que se va muriendo por sí misma. Ves que apenas hay ya promoción, no hay empuje por su parte. Luego ocurren otras cosas, anecdóticas, pero que te van jodiendo. Llegamos al portaaviones JFK, para hacer uno de nuestros conciertos más famosos e icónicos y los carteles estaban equivocados (se refiere a que pertenecían a otra banda de EMI, nda). Ese tipo de cosas. Coincidió también que había un cierto movimiento político, quizás relacionado con el socialismo, en el que las multinacionales parecían perder empuje.
Eso nos llevó a pensar que desde la independencia podíamos crecer y hacer cosas diferentes. Empezaban a aparecer muchos sellos independientes y nos daban esa confianza. Sabía que el empuje no sería el mismo, pero había la sensación de que el modelo de negocio estaba cambiando y los sellos independientes iban a dominar la escena. Había más margen y libertad. Y quizás con ese cambio…. Pero las multinacionales se hicieron más potentes que nunca y las independientes se quedaron sin margen de reacción, perdieron toda capacidad. (Risas) «Gente joven» era un tema con muchas posibilidades y si ellos hubiesen promocionado ese single… Pero fue al final de nuestra relación. Luego, sin querer culparme, he tenido un defecto toda mi vida, como te comentaba antes, y ese defecto ha sido centrarme demasiado en la música. Sé que era bueno en lo mío, pero tenía que haber estado más atento al resto de cosas. Ya sabes, si EMI falla, busca otra solución… Mi época más tranquila en Lone Star fue cuando entró Diresa, porque estaba dirigida por un tipo que era un gánster. «¿Queréis esto? Pues nada, mañana lo tienes». «¡Al hipódromo! ¿Queréis caballos? Aquí los tenéis». Y piensas, «bien, este tipo se hará cargo de todo lo que a mí me fastidia y yo me dedicaré a mi música».
Otro problema fue que a nosotros desde aquí nos costaba una barbaridad entrar en televisión española. Había una competencia desleal, con Los Brincos, Los Bravos… Todos los que estaban allí. Desde aquí era complicado y costaba trabajo acceder a un programa televisivo. Un día el jefe de televisión me dijo: «Pedro, la televisión es tuya. Ahora es tu momento». Total, que me pasé cuatro meses en Madrid haciendo programas a punta pala, todo por un trofeo que me habían otorgado (Copa Europea de la Canción Knokke, antecesor de Eurovisión -1969, nda). Fue uno de los escasos momentos en los que me aparté de lo que es meramente musical. Esto me lleva a mi disco en solitario (Boomerang, 2014, nda). El disco es de puta madre, aunque no está bien que sea yo el que lo diga. Pero se te cierran todas las puertas. Hasta TV3 me dijo que ya me habían hecho un favor anunciándolo cuando hicimos lo del crowdfunding. Decían con esto que ya no volvían a mencionarme.
Volviendo a Lone Star y los primeros años independientes. ¿No crees que la entrada y salida de músicos condicionaron la credibilidad de la banda?
Pedro Gené De cara al fan puede ser, de cara a la música no. Los cambios que he hecho siempre han sido para mejorar. Si nos vamos hacia atrás nos plantamos en Rafael de la Vega; era un bajista profesional de puta madre, muy buen músico, pero el feeling del rock no lo tenía. En cambio Sebas (Sospedra) era todo lo contrario, porque llevaba el rock en la sangre. Es de aquellos músicos que tienen un brío especial… Mira, cuando escuchas un tema de swing… El swing es muy difícil de definir, no es solo un género. Y en eso el bajo es definitivo. Sebas hacía bailar las notas, te llevaba con su instrumento.
Era impresionante. Escuchas una canción como «Soldado de plomo» y te viene a la cabeza el John Entwistle de Quadrophenia…
Pedro Gené Cuando tocamos en el Palau de la Música, y no sé en qué momento se le ocurrió, agarró su bafle, se lo puso en el hombro y lo estampó. Era un tío genial. En mi opinión el mejor bajista que nunca tuvo Lone Star. En cuanto a los cambios, y volviendo atrás, volvemos a lo mismo pero con los baterías: salió Enrique López y entró Luis Masdeu. Enrique era muy bueno en el jazz pero muy cuadrado en el rock, lo contrario que Masdeu. ¿Y Tapi? ¡Fue el mejor baterista que tuvo Lone Star! Era autodidacta, nadie le enseñó a tocar. ¡Nunca antes había tocado Jazz! Pero volvamos al swing. Tapi tocando rock tenía swing. Un día le dije esto mismo que te estoy contando y alucinó: «No sé de qué me hablas». Otra vez le comenté que «ya sabrás que el grupo a veces se desdobla y hacemos algo de Jazz y tendrás que tocarlo». «Pero si nunca he tocado Jazz», me dijo nervioso. «Tranquilo, que tú lo harás bien». Y el Mallofre, que era un crítico de Jazz de La Vanguardia, dijo que era uno de los mejores baterías de jazz que había visto en su vida. ¡Imagínate! Son cosas de músico, pero nunca iba cuadrado con el bajo, siempre tiraba hacia atrás. Te daba una trempera…
El swing, algo tan necesario como el mismo oxigeno para que la música funcione de forma natural. Es algo que no puedes explicar con palabras.
Pedro Gené Exactamente, no hay palabras que lo puedan definir. Una persona que no esté en el mundo de la música dirá «me gusta», pero si le preguntas el porqué no sabrá contestarte. Pero encuentra una diferencia. La pregunta general a qué es el Swing… Sí, lo de las orquestas, Glenn Miller… ¡No! El swing es otra cosa. Hasta un cantante de boleros puede tener swing.
Hablemos ahora de Largo Es El Camino (1972) el primer disco de la etapa independiente. Es un disco muy diverso, tanto que a ciertas personas puede llegar a confundirle. Pero en mi opinión encaja todo como un guante: desde la pomposidad de «Nathalie» al mambo rock de «Máquina Infernal» o los ritmos selváticos de «Pájaro de fuego».
Pedro Gené Nosotros teníamos esa dualidad… Entre nosotros, tocábamos jazz, pero creo que no nos podíamos equiparar a las grandes formaciones del género. Una cosa es tocar aquí y allá: el piano, el vibráfono… El rock era otra cosa. Ahí sí que no era tanta la diferencia. Pero en el jazz, uf, ahí debo ser sincero. Así que de algún modo intenté fusionar las dos líneas de manera que lo del jazz fuera desapareciendo, aún estando en sentimiento y espíritu. Estábamos vendiendo algo difícil y complicado. Imagínate yendo a una compañía discográfica con un tema de quince minutos. «Pero esto qué es, ¿os habéis vuelto locos?» M idea era fusionar todo ello y tener esa identidad. Por eso hay esos cambios estilísticos.
Luego está lo del idioma: seguíais fusionando el castellano con el inglés, cosa que confundiría aún más a la audiencia y a la industria.
Pedro Gené El tema del idioma fue algo sui generis, muy mío. He sentido cada idioma para cada canción. «Lyla», por ejemplo, quería cantarla en hebreo. Pero me obligaron a cantarla en castellano porque la veían con posibilidad de éxito. Para mí era algo anecdótico, una canción en hebreo perdida en un álbum. ¿Qué pasó? Pues que la discográfica ponía las pelas y como apostaban por una canción, algo que era su idea, lo apoyaban. Es un juego en el que yo debía haber entrado. Este es el ejemplo: insistieron en que cambiara la letra al castellano para poder venderla, y una vez la tuvieron a su gusto la apoyaron. Fue el single más vendido de Lone Star cuando no representaba en absoluto la música que hacíamos. Pero la convirtieron en una de las ‘canciones de verano’. La pasta estaba siempre ahí, pero no la gastaban cuando la idea era tuya.
Siguiendo con Es Largo El Camino, se nota que como compositor has asimilado muchas influencias, algunas de ellas desconocidas para la mayoría de aquí entonces.
Pedro Gené Eso se traduce en pasarme noches en vela escuchando Radio Luxemburgo, o mi hermana, que al ser azafata de Iberia me traía muchos discos de Estados Unidos. Yo estaba más al corriente, seguramente, que la mayoría de gente que escuchaba música o tocaba un instrumento. Porque aparte de estos dos hechos, descubrí que EMI tenía un almacén en El Prat. Un día aparecí por allí para una sesión de fotos y vi unas estanterías de discos enormes que no se editaba aquí. ¿Y sabes lo que hacían con estos discos? Los quemaban. Y era porque no les cabían en el almacén.
Eran discos de importación. Total, hice amistad con el encargado del almacén y le dije: «Por favor, antes de quemarlos avísame». «Claro hombre, como si te los quieres llevar todos». Discos de Peggy Lee, Bobby Darin… Discos que no se editaban aquí. Total, que me hice con una discografía amplia y variada. Pues bueno, si a eso le añades que la música que se hacía entonces en España estaba en otra línea… Lo que predominaba era un tipo de música muy comercial, tipo Formula V… Y claro, la gente nos escuchaba y se preguntaban si vivíamos aquí o fuera. Soy consciente de ello, tal y como lo fui cuando publicamos un disco como Adelante, porque la gente lo adoptó, viendo que era algo distinto. La banda estaba en la línea del rock que funcionaba en el mundo, que no era precisamente el de aquí.
Texto: Sergio Martos